El arqueo se inicia con el recuento del dinero en efectivo. A continuación, se cuentan las monedas. A todos estos movimientos se suman las operaciones pendientes de cobro, los pagarés y el saldo de la caja al inicio de la operación.
Si el efectivo y los otros valores coinciden con los registrados en los libros del banco, el arqueo se considera correcto y se cierra la caja. Si no coinciden, se realiza una investigación para determinar la causa de la discrepancia.